Para muchos, estos últimos meses han sido un reto laboral dado que el país acató medidas de prevención de COVID-19 desde marzo, entre cuarentena total o parcial, distanciamiento social, cierre de algunos negocios como restaurantes, gimnasios, hoteles, etc., lograr mantener la productividad fue – o sigue siendo en muchos casos – casi imposible.
Ahora que se está tratando de retomar algunas actividades, aún con medidas de prevención que implica en muchos casos limitar la capacidad de servicio o venta casi a un 50%, es momento de elegir adecuadamente en qué se invierte y cómo.
Existen servicios que pueden subcontratarse o tercerizarse, como la mensajería o envío de documentos importantes así como algunos servicios secretariales (como desvío de llamadas, atención a clientes y visitas, recepción de documentos, etc.).
Si además de esto se elige no sobrecargar las obligaciones fijas como los alquileres de oficinas y salas de reuniones al contratar el uso de estos espacios por períodos tan cortos y flexibles como unas horas a la semana, unos días o un tiempo indefinido, se puede hacer un uso más eficiente del presupuesto con el que se cuenta para el emprendimiento o negocio que se está tratando de levantar / rescatar.
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