Una de las palabras que llegó para quedarse en este año 2020 es «teletrabajo«.
Quizás antes de esta pandemia mundial nunca la habías escuchado; o si la habías escuchado pero nunca le prestaste atención porque tu línea de trabajo ha sido bastante regular. O por el contrario, ya la conocías y la aplicabas eventualmente o todos los días. Sea cual sea el caso, seguramente en este momento la gran mayoría de gente entiende bastante bien qué significa teletrabajar.
Ahora bien, existen muchos consejos al respecto de cómo empezar a teletrabajar eficientemente, desde el espacio físico ideal – libre de distracciones, ruidos, privado, etc. – hasta cuestiones como arreglarse para estar en el estado mental adecuado.
Sin embargo, un tema que ha surgido como preocupación en estas últimas semanas en que muchos países del mundo ya tienen más de 3 semanas de confinamiento por la cuarentena es el uso del tiempo.
Hay quienes tienen miedo de estar «quemándose» o «saturándose» de más. Sienten que están trabajando mucho más. OJO, no porque ser productivo sea malo, sino al contrario, no necesariamente quien trabaja MAS en cantidad de horas es MAS productivo.
Recuerda que en un horario normal de trabajo hay muchas horas que se invierten en el tránsito hacia y desde el trabajo, horas que ahora no tienes que invertir en ese estrés… Sin embargo, podrías invertirlas entonces en desayunar de forma más tranquila, más consciente, en hacer de tu proceso de levantarte de la cama uno más energizante. De repente quienes disfruten de hacer actividad física y no pueden normalmente, por falta de tiempo, ahora puedan dedicarle esas horas de tránsito a hacer un par de estiramientos, prácticas de yoga, hacer alguna máquina que tengan en casa, o sencillamente meditar, leer el periódico…
Alguien decía hace poco «¿dónde están esas horas que invierto en el tránsito?», aludiendo a que la cantidad de horas trabajadas se incrementó ahora que lo hace desde casa.
Pues bien, para ello es importante que establezcas límites saludables en tu rutina laboral desde casa. Respeta tu horario de inicio y fin de labores, que tampoco se trata de empezar a las 11 de la mañana si normalmente empiezas a las 8 o 9 am. Intenta aplicar un poco de disciplina a la rutina de trabajo desde casa, balanceando tu tiempo de trabajo de oficina, tu pausa para almorzar, y una vez llegada la «hora de salir» dedícate a otras actividades que no estén relacionadas al trabajo.
Sobre todo, haz que los demás respeten esa rutina, ya sea tu familia, roommates, compañeros de trabajo que te contactan de forma remota y en especial, tu jefe.